Cuernavaca se consolidó como epicentro cultural con una oferta artística que llenó plazas y calles durante diez días.
Con la asistencia de más de 25 mil familias, este domingo concluyó con gran éxito el Cuarto Festival Cultural de Verano Cuernavaca 2025, que durante diez días convirtió a la capital morelense en un vibrante escenario de arte, música, danza y tradición popular.
La ciudad vivió una intensa jornada cultural en la que se fortaleció el uso social de los espacios públicos, se promovió la participación ciudadana y se posicionó a Cuernavaca como una capital creativa, incluyente y viva.
El cierre tuvo lugar frente al Museo Regional de los Pueblos de Morelos (Palacio de Cortés), donde el alcalde José Luis Urióstegui Salgado agradeció la presencia y entusiasmo del público, así como la colaboración de artistas, colectivos, instituciones y autoridades que hicieron posible esta edición del festival.
“Hay que rescatar nuestros espacios públicos como este, con arte y con cultura. Gracias por asistir a este esfuerzo que se cristaliza con música, danza y arte”, expresó el edil, acompañado por la secretaria de Desarrollo Humano y Participación Social, Sandra Pinzón Sánchez.
El programa incluyó actividades en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (MuCiC), así como en varios de los 12 pueblos originarios y colonias del municipio, descentralizando la oferta cultural y acercándola a diversas comunidades.
En esta edición participaron artistas locales y nacionales, así como instituciones como el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, que instalaron un stand informativo para acercar su labor a la ciudadanía, sumándose al espíritu comunitario y festivo del evento.
El espectáculo de clausura inició con el colorido desfile “Danzando en la Eterna Primavera” y el Pabellón Cultural Morelos, seguido por presentaciones destacadas de la Banda de Música del Estado de Morelos, el tenor Felipe Aguilar Aguilera, el performance Fuego y Sonido, y las compañías Kanaj Tika y Benjamín León y Cía.
La cuarta edición del festival dejó una profunda huella en la vida cultural de Cuernavaca, reafirmando su vocación por el arte, la inclusión y el acceso a la cultura para todas y todos. Con broche de oro, cerró una edición que no solo celebra el verano, sino también la identidad, la memoria y la diversidad de la capital morelense.


