La Secretaría de Bienestar inició la segunda etapa del programa Sembrando Vida, enfocada en la integración y vinculación de los productos campesinos hacia su comercialización en mercados locales y nacionales, con apoyo en registro de marcas, certificaciones de calidad y geolocalización de unidades productivas.
La subsecretaria de Inclusión Productiva y Desarrollo Rural, Columba Jazmín López Gutiérrez, destacó que esta nueva fase busca fortalecer el valor agregado de los casi mil 600 productos que hoy forman parte del programa. Entre ellos se encuentran café, cacao, mermeladas, harinas, jugos, chocolates y diversos productos frescos como plátano, piña, papaya y limón.
> “Este sistema de gestión va a permitir la trazabilidad de los productos de Sembrando Vida. Cada persona que adquiera un producto podrá saber de dónde proviene y quién lo transformó”, señaló López Gutiérrez al presidir el Taller de Capacitación Requerimientos para productos procesados.
La funcionaria explicó que la estrategia se desarrolla en coordinación con la Secretaría de Economía, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), con el fin de garantizar un esquema integral que considere aspectos ambientales, sociales, sanitarios y de organización económica.
Por su parte, Talía Vázquez Alatorre, directora Divisional de Novación Comunitaria y Propiedad Industrial del IMPI, resaltó que Sembrando Vida representa una oportunidad clave para proteger productos a través de indicaciones geográficas y denominaciones de origen, lo que incrementa hasta en 70% su valor en mercados internacionales.
En la misma línea, Ricardo Garduño, subdirector de Procesamiento Administrativo de Marcas del IMPI, aseguró que el instituto trabaja para que las comunidades campesinas puedan proteger sus marcas, patentes y procesos, asegurando que sus productos se reconozcan como propios y con valor económico sostenible.
Actualmente, Sembrando Vida opera en 24 entidades federativas con la participación de más de 419 sembradoras y sembradores, quienes han comenzado a elaborar productos procesados y frescos que avanzan hacia su consolidación en el mercado, contribuyendo a la economía social y al desarrollo rural del país.

